Angeles
Entonces, en ese
momento, mientras la intensidad de la luz achinaba mis ojos, sentía como mis
oídos sangraban por escuchar ese idioma inentendible, mi cabeza hizo clic y
entendió muy bien las parábolas de ese antiguo escrito. La luz disminuyó y
mientras me hundía en la locura por la figura abstracta frente a mi… comprendí la
razón por la que siempre… se presentaban con un “No temáis”.
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