¡Ya disponible Nocturn Infernum Vol. 1! ¿Que estas esperando?

¡Clickea para adquirirlo!

El me observa

Relato publicado en la plataforma Boukker (Actualmente en pausa)


 Él solo… creo que es mejor contar todo desde el principio ¿Verdad? No sé cómo, no sé dónde, no se quien, simplemente no sé nada, y lo peor de todo es que la respuesta a todo eso está detrás ¡De una maldita puerta! Me tengo que calmar, necesito calmarme, sé que tengo que calmarme, respirar profundo, despacio, lento, porque si no, nadie podría entenderme, nadie podría ayudarme.

 Vivo en un lugar urbano, tal vez un poco peligroso, incluso lo podría llamar rural. Mi casa es enorme, tiene dos pisos, muchas habitaciones, demasiadas puertas, ventanas… en especial eso ultimo. Nunca fuimos un blanco para ladrones, nunca tuvimos ese tipo de problemas. Junto a la puerta principal hay una gran ventana, con barrotes, no hay forma que pase alguien por ahí o al menos eso creía yo.

 Un día, lo que yo creo fueron unos borrachos; pasaban por ahí y por alguna razón empezaron a pelearse, los insultos se escuchaban desde mi habitación que se encontraba al lado de la gran ventana; los empujones no tardaron en hacer presencia y uno de ellos impacto contra la pared, solo a un lado de ella. Rápidamente salí a ver a través de la abertura que ocurría, pero mi sorpresa fue tal cuando afuera no había nadie. Todo me pareció extraño y en un gran momento de valor, salí para saciar mi curiosidad; solo me encontré con una pequeña marca de sangre en el lugar donde se sintió el impacto, me acerque y al cometer el error de tocarlo, sentí como tenía una textura tan pegajosa con un nauseabundo olor a carne putrefacta, tal aroma me hizo dar arcadas, pero resistí al querer expulsar la cena de esa noche, no sé qué era eso, no sé qué hicieron esos borrachos, pero lo que si se, es que esa noche fue donde empezó todo.

 La primera vez fue una semana después del incidente. Era de noche, toda la casa estaba en silencio, lo cual no era raro, ya que la casa era enorme solo para las cinco personas que la ocupamos. Mientras me dirigía a mi habitación, como era habitual, solo por costumbre e instinto miré de pasada hacia la ventana que estaba a unos metros de mí, pero algo llamó mi atención, algo no cuadraba, no sabía que era, hasta que me di cuenta. Una silueta muy bien escondida de una cabeza, estaba a una orilla de la ventana, como si me espiara; me le quedé viendo fijo, pero no podía distinguir rasgos faciales en ella, era simplemente una silueta oscura. Me acerqué rápidamente, no sé con qué intenciones lo hice, pero en el momento que estuve demasiado cerca, esa cosa simplemente se desvaneció. No tuve ganas de salir de la casa para ver si siquiera era una persona, el miedo a pensar que era tal vez un ladrón, o peor un loco que quería hacer daño, me hizo meterme a la habitación. En mi cabeza llamar a la policía era demasiado por un fisgón, en ese maldito momento me pareció buena idea dejarlo pasar por alto, pero vaya que soy idiota.

 Ese fenómeno comenzó a ser más usual, sin darme cuenta, cada vez se mostraba más, pero nunca me hizo nada, todo se había vuelto un evento paranormal. Su gran cabeza no parecía natural, no era humano. Intenté mostrarles a mis padres, mis hermanos… nadie me creyó, siempre fueron escépticos ante estas cosas; tal vez fue la forma tan fantasmal en la que contaba estas cosas lo que hizo que no tuviera credibilidad.

 Pero la situación comenzó a volverse más complicada, este sujeto o lo que sea, no solo se mostraba más, sino también se iba alejando de la orilla de la ventana, mostrando así su cuerpo o al menos la forma de este; delgado, demasiado, si pudiera apostar diría que desnutrido, las únicas curvas que parecía tener, seguramente eran lo que yo suponía eran sus costillas, su gran cabeza parecía pesarle, porque siempre daba pequeños cabezazos en diferentes direcciones. Pero sus manos, nunca pude ver sus manos, por sus largos y muy finos brazos que parecían llegar tal vez hasta el suelo; realmente no lo sé, la ventana no era tan grande para poder confirmarlo. Ahora cada vez que quería pasar por ahí, hacia todo lo posible para mirar a otro lado. Cada vez que fallaba, lograba verlo en el medio, mirándome con esos retorcidos movimientos de cabeza, no podía simplemente ver alguna facción de su cara, no importaba que tan iluminada este la casa o la calle, siempre se veía oscuro, como si una oscuridad inexistente lo tapara, absorbiendo toda luz lograba guardar su apariencia real. Cansado de esto decidí tapar la ventana con las cortinas e incluso mantenerla cerrada, sin importar que quien dijera algo, esa ventana permanecería cerrada en el momento que el sol caía. Me negué a mirar la ventana cada vez que pasaba por allí, sabía que su silueta podría verse a través de las cortinas, pero con el paso de los días se volvió costumbre no mirar hacia la ventana, siquiera acordarme de su existencia.

 Si esa noche de la pelea entre los borrachos fue el momento en el que empezó todo, lo que pasó la noche del apagón, fue donde todo empeoro.

 La luna llena estaba gigantesca y era un hermoso adorno en el cielo, lograba darle a la noche un misticismo junto a las enormes y desprolijas nubes grises. Un gran apagón en toda la zona dejo a todo el mundo a oscuras, nadie realmente se molestó demasiado por esto, ya que en el momento que ocurrió fue en la madrugada. Mientras dormía plácidamente, comencé a escuchar a mi perro lamber y jadear. Eran sonidos demasiado bajos y por un momento me llamo la atención el que mi perro este haciendo esto, pero a un volumen tal vez sutil. Mientras estaba entresueño, me levanté y comencé a dirigirme hacia donde estaba mi perro, solo guiándome por el sonido que generaba, cuando choqué con la puerta de mi habitación cerrada volví a mi cama en busca del celular para alumbrar el camino. Dejé de estar adormilado en el momento que vi a mi perro en la cama, durmiendo y que el sonido no es que era bajo, sino que venía de afuera de la habitación. Mis manos comenzaron a temblar, como si supieran lo que estaba pasando, un gran frio recorrió mi pecho, haciendo que tense mi panza y todo el abdomen. Abrí la puerta con lentitud, para ver las sombras reflejadas en el suelo gracias a la luz que la luna proyectaba. Cuando miré en dirección de dónde venían esas sombras, mi teléfono cayó al suelo.

 Ese monstruo trataba de pasar entre los garrotes de la ventana y estiraba sus brazos en dirección de la puerta para poder abrirla, sus largas manos huesudas trataban con desesperación llegar al picaporte, al cual no llegaba tal vez por centímetros. Esta luz lograba mostrar su piel grisácea en algunas partes del cuerpo. La forma de su cuerpo tan contorsionista me hizo orinarme en los pantalones, ver como hacia fuerza, tratando de forzarse a pasar entre los diminutos espacios que había entre estas barras de metal. Sus pies eran largos como si de los zapatos de un payaso se tratara, pero solo lograba ver como se dividían en dos largos y gruesos dedos. Mientras intentaba hacer fuerza, su lengua entraba y salía de su boca, una lengua que terminaba en una punta muy pronunciada, esta lograba salpicar saliva que caía al suelo. Entonces el sonido de mi orina chocando en el suelo hicieron percatar al monstruo de mi presencia. Este, mientras seguía igual pude ver como su gran cabeza la cual parecía tener algunos mechones de pelo alrededor, ahora hacia presión y apretaba su carne de manera grotesca contra los barrotes, como si estuviera mucho mas desesperado por entrar. Aun así, ese rostro permanecía oscuro, en el cual no podía verse casi nada a excepción de dos puntos rojos, los cuales parecían apuntar en m dirección. La cosa luego de unos segundos, simplemente se detuvo y con un simple movimiento de su mano… la puerta se abrió y una gran sonrisa se dejó ver, una que estaba llena de dientes deformes y torcidos. Corrí hacia mi habitación dejando atrás todo, cerrando la puerta en el proceso e incluso tropezándome por la orina me tiré a la cama y con un fuerte abrazo a mi perro quedé temblando, tratando de dormir, y así pasó al poco tiempo.

 Cuando desperté, traté de hacerme la cabeza, que todo fue un mal sueño, pero el celular seguía afuera de mi habitación con la linterna prendida y mis pantalones al igual que el suelo contenían un olor a orina.

 Todo desde allí empeoro, no solo empezó a mostrarse en la gran ventana, empezó a mostrarse en todas las ventanas que había en la casa, sin importar que tan poco espacio había detrás de estas, el siempre cabía, siempre estaba en algún lado. Mi familia me llevó a médicos, psicólogos, neurólogos e incluso brujos, pero nadie podía hacer nada, los medicamentos no hacían efecto, no tenía el perfil de un esquizofrénico e incluso con la medicación de uno, no surtía algún cambio.

 Hubo un gran temblor que sacudió toda la ciudad y no sé si eso tuvo siquiera algo que ver, pero hoy, ¡HOY! Esta noche será distinto, todos me creerán, solo tengo que esperar que la ayuda venga, tengo que mantener la calma, la policía me vera, me acogerá, los médicos me ayudaran y los forenses verán los cuerpos de mi familia y el cómo están totalmente mutilados por garras que no podrían ser ni humanas ni de algún animal ¡Ni siquiera de este mundo! Mi vida va a dar una vuelta de trescientos sesenta grados. Solo tengo que esperar en mi habitación, donde no hay ventanas, no hay forma que pueda atacarme aquí, por eso la noche del apagón no me atrapo. ¡Soy más listo que el! Escucho las sirenas de los policías a lo lejos, no deben tardar, recibieron mi llamada y tam…

 ¿Por qué mi armario acaba de hacer un ruido desde dentro?




Comentarios

Entradas populares

Relatos

Relatos cortos

Anotaciones