El me observa
Él solo… creo que es mejor contar todo
desde el principio ¿Verdad? No sé cómo, no sé dónde, no se quien, simplemente
no sé nada, y lo peor de todo es que la respuesta a todo eso está detrás ¡De una
maldita puerta! Me tengo que calmar, necesito calmarme, sé que tengo que
calmarme, respirar profundo, despacio, lento, porque si no, nadie podría
entenderme, nadie podría ayudarme.
Vivo en un lugar urbano, tal vez un poco
peligroso, incluso lo podría llamar rural. Mi casa es enorme, tiene dos pisos,
muchas habitaciones, demasiadas puertas, ventanas… en especial eso ultimo.
Nunca fuimos un blanco para ladrones, nunca tuvimos ese tipo de problemas.
Junto a la puerta principal hay una gran ventana, con barrotes, no hay forma
que pase alguien por ahí o al menos eso creía yo.
Un día, lo que yo creo fueron unos
borrachos; pasaban por ahí y por alguna razón empezaron a pelearse, los
insultos se escuchaban desde mi habitación que se encontraba al lado de la gran
ventana; los empujones no tardaron en hacer presencia y uno de ellos impacto
contra la pared, solo a un lado de ella. Rápidamente salí a ver a través de la abertura
que ocurría, pero mi sorpresa fue tal cuando afuera no había nadie. Todo me
pareció extraño y en un gran momento de valor, salí para saciar mi curiosidad;
solo me encontré con una pequeña marca de sangre en el lugar donde se sintió el
impacto, me acerque y al cometer el error de tocarlo, sentí como tenía una
textura tan pegajosa con un nauseabundo olor a carne putrefacta, tal aroma me
hizo dar arcadas, pero resistí al querer expulsar la cena de esa noche, no sé qué
era eso, no sé qué hicieron esos borrachos, pero lo que si se, es que esa noche
fue donde empezó todo.
La primera vez fue una semana después del
incidente. Era de noche, toda la casa estaba en silencio, lo cual no era raro,
ya que la casa era enorme solo para las cinco personas que la ocupamos.
Mientras me dirigía a mi habitación, como era habitual, solo por costumbre e instinto
miré de pasada hacia la ventana que estaba a unos metros de mí, pero algo llamó
mi atención, algo no cuadraba, no sabía que era, hasta que me di cuenta. Una
silueta muy bien escondida de una cabeza, estaba a una orilla de la ventana,
como si me espiara; me le quedé viendo fijo, pero no podía distinguir rasgos
faciales en ella, era simplemente una silueta oscura. Me acerqué rápidamente,
no sé con qué intenciones lo hice, pero en el momento que estuve demasiado
cerca, esa cosa simplemente se desvaneció. No tuve ganas de salir de la casa
para ver si siquiera era una persona, el miedo a pensar que era tal vez un
ladrón, o peor un loco que quería hacer daño, me hizo meterme a la habitación.
En mi cabeza llamar a la policía era demasiado por un fisgón, en ese maldito
momento me pareció buena idea dejarlo pasar por alto, pero vaya que soy idiota.
Ese fenómeno comenzó a ser más usual, sin
darme cuenta, cada vez se mostraba más, pero nunca me hizo nada, todo se había vuelto
un evento paranormal. Su gran cabeza no parecía natural, no era humano. Intenté
mostrarles a mis padres, mis hermanos… nadie me creyó, siempre fueron
escépticos ante estas cosas; tal vez fue la forma tan fantasmal en la que
contaba estas cosas lo que hizo que no tuviera credibilidad.
Pero la situación comenzó a volverse más
complicada, este sujeto o lo que sea, no solo se mostraba más, sino también se
iba alejando de la orilla de la ventana, mostrando así su cuerpo o al menos la
forma de este; delgado, demasiado, si pudiera apostar diría que desnutrido, las
únicas curvas que parecía tener, seguramente eran lo que yo suponía eran sus
costillas, su gran cabeza parecía pesarle, porque siempre daba pequeños
cabezazos en diferentes direcciones. Pero sus manos, nunca pude ver sus manos,
por sus largos y muy finos brazos que parecían llegar tal vez hasta el suelo; realmente
no lo sé, la ventana no era tan grande para poder confirmarlo. Ahora cada vez
que quería pasar por ahí, hacia todo lo posible para mirar a otro lado. Cada
vez que fallaba, lograba verlo en el medio, mirándome con esos retorcidos
movimientos de cabeza, no podía simplemente ver alguna facción de su cara, no
importaba que tan iluminada este la casa o la calle, siempre se veía oscuro,
como si una oscuridad inexistente lo tapara, absorbiendo toda luz lograba
guardar su apariencia real. Cansado de esto decidí tapar la ventana con las
cortinas e incluso mantenerla cerrada, sin importar que quien dijera algo, esa
ventana permanecería cerrada en el momento que el sol caía. Me negué a mirar la
ventana cada vez que pasaba por allí, sabía que su silueta podría verse a
través de las cortinas, pero con el paso de los días se volvió costumbre no
mirar hacia la ventana, siquiera acordarme de su existencia.
Si esa noche de la pelea entre los
borrachos fue el momento en el que empezó todo, lo que pasó la noche del
apagón, fue donde todo empeoro.
La luna llena estaba gigantesca y era un
hermoso adorno en el cielo, lograba darle a la noche un misticismo junto a las enormes
y desprolijas nubes grises. Un gran apagón en toda la zona dejo a todo el mundo
a oscuras, nadie realmente se molestó demasiado por esto, ya que en el momento
que ocurrió fue en la madrugada. Mientras dormía plácidamente, comencé a
escuchar a mi perro lamber y jadear. Eran sonidos demasiado bajos y por un
momento me llamo la atención el que mi perro este haciendo esto, pero a un
volumen tal vez sutil. Mientras estaba entresueño, me levanté y comencé a
dirigirme hacia donde estaba mi perro, solo guiándome por el sonido que
generaba, cuando choqué con la puerta de mi habitación cerrada volví a mi cama
en busca del celular para alumbrar el camino. Dejé de estar adormilado en el
momento que vi a mi perro en la cama, durmiendo y que el sonido no es que era
bajo, sino que venía de afuera de la habitación. Mis manos comenzaron a
temblar, como si supieran lo que estaba pasando, un gran frio recorrió mi pecho,
haciendo que tense mi panza y todo el abdomen. Abrí la puerta con lentitud,
para ver las sombras reflejadas en el suelo gracias a la luz que la luna
proyectaba. Cuando miré en dirección de dónde venían esas sombras, mi teléfono
cayó al suelo.
Ese monstruo trataba de pasar entre los
garrotes de la ventana y estiraba sus brazos en dirección de la puerta para
poder abrirla, sus largas manos huesudas trataban con desesperación llegar al
picaporte, al cual no llegaba tal vez por centímetros. Esta luz lograba mostrar
su piel grisácea en algunas partes del cuerpo. La forma de su cuerpo tan
contorsionista me hizo orinarme en los pantalones, ver como hacia fuerza,
tratando de forzarse a pasar entre los diminutos espacios que había entre estas
barras de metal. Sus pies eran largos como si de los zapatos de un payaso se
tratara, pero solo lograba ver como se dividían en dos largos y gruesos dedos.
Mientras intentaba hacer fuerza, su lengua entraba y salía de su boca, una
lengua que terminaba en una punta muy pronunciada, esta lograba salpicar saliva
que caía al suelo. Entonces el sonido de mi orina chocando en el suelo hicieron
percatar al monstruo de mi presencia. Este, mientras seguía igual pude ver como
su gran cabeza la cual parecía tener algunos mechones de pelo alrededor, ahora
hacia presión y apretaba su carne de manera grotesca contra los barrotes, como
si estuviera mucho mas desesperado por entrar. Aun así, ese rostro permanecía oscuro,
en el cual no podía verse casi nada a excepción de dos puntos rojos, los cuales
parecían apuntar en m dirección. La cosa luego de unos segundos, simplemente se
detuvo y con un simple movimiento de su mano… la puerta se abrió y una gran
sonrisa se dejó ver, una que estaba llena de dientes deformes y torcidos. Corrí
hacia mi habitación dejando atrás todo, cerrando la puerta en el proceso e
incluso tropezándome por la orina me tiré a la cama y con un fuerte abrazo a mi
perro quedé temblando, tratando de dormir, y así pasó al poco tiempo.
Cuando desperté, traté de hacerme la
cabeza, que todo fue un mal sueño, pero el celular seguía afuera de mi
habitación con la linterna prendida y mis pantalones al igual que el suelo
contenían un olor a orina.
Todo desde allí empeoro, no solo empezó a
mostrarse en la gran ventana, empezó a mostrarse en todas las ventanas que había
en la casa, sin importar que tan poco espacio había detrás de estas, el siempre
cabía, siempre estaba en algún lado. Mi familia me llevó a médicos, psicólogos,
neurólogos e incluso brujos, pero nadie podía hacer nada, los medicamentos no
hacían efecto, no tenía el perfil de un esquizofrénico e incluso con la
medicación de uno, no surtía algún cambio.
Hubo un gran temblor que sacudió toda la ciudad
y no sé si eso tuvo siquiera algo que ver, pero hoy, ¡HOY! Esta noche será
distinto, todos me creerán, solo tengo que esperar que la ayuda venga, tengo
que mantener la calma, la policía me vera, me acogerá, los médicos me ayudaran
y los forenses verán los cuerpos de mi familia y el cómo están totalmente
mutilados por garras que no podrían ser ni humanas ni de algún animal ¡Ni
siquiera de este mundo! Mi vida va a dar una vuelta de trescientos sesenta
grados. Solo tengo que esperar en mi habitación, donde no hay ventanas, no hay
forma que pueda atacarme aquí, por eso la noche del apagón no me atrapo. ¡Soy más
listo que el! Escucho las sirenas de los policías a lo lejos, no deben tardar,
recibieron mi llamada y tam…
¿Por qué mi armario acaba de hacer un
ruido desde dentro?
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