La mudanza
Desde niño
siempre tuve problemas para dormir solo, siempre veía rostros en los muebles,
por lo que dormir acompañado y con la luz prendida era algo común en mi día a día.
Pero ahora que tengo que irme a vivir solo y ya siendo un adulto, esto era un
problema. El día de la mudanza fue pesado por lo que decidí traer los muebles
de mi habitación al día siguiente. Cansado me dirigí al colchón en el suelo y
apagando la luz de la habitación y prendiendo la lampara al lado de mi cama, cerré
los ojos… una risa se escuchó dentro del lugar.
Seguido de una
voz aguda —Nunca fuimos los muebles.
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